Con beneficios sociales en salud, educación y vivienda, las cooperativas mejoran la calidad de vida de los asociados y sus familias.
La filosofía del cooperativismo propende por el bien común desde el esfuerzo colectivo. Más allá de su categoría o actividad económica, las cooperativas se estructuran alrededor de un único objetivo: atender las necesidades de las personas asociadas. Por esta razón, el excedente del ejercicio anual de su actividad económica se reinvierte. Los recursos que generan son reapropiados por los asociados a través de diferentes mecanismos.
“En las cooperativas no hablamos de utilidades sino de excedentes. Y no se reparten al final del año, sino que los reapropiamos de manera que podamos ofrecer mayores tasas de interés a los ahorradores o cobrar menores tasas a quienes toman créditos”, explica Carlos Acero, presidente ejecutivo de la Confederación de Cooperativas de Colombia.
Además, por ley, estas entidades despliegan una amplia oferta de programas y servicios sociales financiados con estos recursos. ¿En qué consisten? Varían de una en una, pero en general, cubren diversos aspectos en temas de salud, educación, transporte, cultura y entretenimiento.
No solo los asociados se benefician de ellos. De forma gratuita o, a bajo costo, sus hijos, padres o hermanos pueden acceder a diferentes privilegios pensados para llevar bienestar hasta las familias y comunidades.
Tomado de: elcolombiano.com