Tomado de: El Colombiano
Por: Ricardo Monsalve Gaviria
Promover en los excombatientes de las Farc el emprendimiento como una forma de enfrentar la vida sin armas, y generar empresas que toquen temas en desarrollo agrícola y de servicios (como la mecánica de motos), es parte de la nueva estrategia para capacitar a los que dejen las armas y se reintegren a la vida civil.
Para cumplir con este primer objetivo, y como parte del compromiso adquirido con el Gobierno, las diferentes entidades adscritas a todos los ministerios actualmente desarrollan los proyectos que brinden diferentes alternativas para la formación de los guerrilleros de las Farc en las zonas veredales de normalización.
Rafael Antonio González, director de la unidad encargada de las capacitaciones, explica que la idea es formar al personal del Sena que estarán en las zonas veredales de normalización para que una vez en ellas les brinden la capacitación necesaria a los insurgentes. Los centros de formación, antes de llegar a las zonas donde están los guerrilleros, estarán en Medellín, Pasto, Villavicencio, Bogotá y probablemente Bucaramanga”.
“En esos puntos, y también en otros municipios del país donde hay problemas con la siembra de cultivos de uso ilícito, queremos promover la cultura de la asociatividad. Estas personas van a esos campamentos, van a formar a los guerrilleros en temas de economía solidaria, hacen sus cursos básicos y nosotros a parte de supervisar, vamos a acreditar a las organizaciones que terminen esos cursos y así se puedan convertir en cooperativas”, explica el director.
La idea es que en su momento, los excombatientes formen cooperativas que generen temas en desarrollo agrícola, de servicios, pero cómo dice Rafael González, “cada uno de los guerrilleros decidirá qué tipo de organizaciones querrán conformar, lo que hay que aclarar es que nada de esto es obligatorio”.
Este proyecto no solo llegaría a las zonas veredales, la idea principal es abarcar 52 municipios en donde no solo exista cercanía a esas zonas de ubicación de las Farc, también donde hay cultivos de uso ilícito y en los que los campesinos estén dispuestos a formar una cooperativa.
Experiencias actuales
La economía solidaria se utiliza en muchas de las veredas del país, sobre todo las que ya no tienen la amenaza del conflicto armado.
En el municipio de San Luis, Oriente de Antioquia, funciona la Asociación Familias con Futuro, compuesta por 117 asociados, casi todos víctimas de la guerra que azotó esa zona del departamento hace una década.
Gabriela de Jesús Echavarría, representante legal de la asociación, dice que las 150 familias que componen esta cooperativa vienen trabajando desde hace siete años “y ya tenemos producción de café denominado Perla Verde; chocolate denominado Sol de Oriente y estamos en el proceso de registrar una mermelada de borojó nombrada Mermelada Gabys. La idea es que pronto estemos en Medellín y Bogotá”.
Para Jorge Giraldo, decano de la facultad de Humanidades de la Universidad Eafit, la economía solidaria “es una alternativa que fue elegida por la misma guerrilla. En algunos países el sistema cooperativo ha sido fuerte y ha dado resultados y para la guerrilla es atractivo. Sin embargo la experiencia en Colombia no es del todo buena, no todos los casos han sido exitosos, acá el tema es muy limitado en general, pero eso no quita que esto deje de ser una buena oportunidad para la paz”.